La Bobia, posiblemente el primer bar 'oficial' de 'La Movida Madrileña', recupera su entrañable nombre reconvertida ahora en una
cosmopolita neo-taberna de sabor asturiano. ¡Cuantos recuerdos!
Aquel local mítico que abría sus puertas los domingos 'after hours' a quienes
resacosos de la Sala Rock Ola,
pero ávidos de mas intensidad poblábamos con desparpajo y roncas carcajadas los
amaneceres de El
Rastro de Madrid, donde una colorida fauna humana ocultaba
sus vampíricos ojos tras gruesas gafas de plástico negras, tratando de mantener
viva la noche durante unas horas mas.
La Bobia era entonces una taberna de casi 80 años de
historia, añejas instalaciones y discretos camareros de pajarita negra, que se
llenaba de contrastes con los imposibles modelitos ochenteros de los
trasgresores de la época, artistas, músicos, teatreros, diseñadores ..., sin
olvidar a los que hacían un arte de su arte y de su vida. Un lugar para curar
la resaca a base de cervezas y de cafés, compartir un porro mañanero y algo mas
- las continuas visitas a los lavabos eran legendarias- , y por encima de todo
la última oportunidad de ligue de los mas desafortunados
En su vieja barra se gestaron a fines de los 70, los
primeros signos de la revulsión festivo-socio-cultural que explosionó después en la llamada 'Movida Madrileña'. Allí
comenzó para algunos un camino artístico repleto de éxitos y para otros,
demasiados, los primeros pasos de la crónica de una muerte anunciada: talentosos
artistas que se extraviaron en el camino de encontrarse a sí mismos.
Sus paredes deslucidas fueron testigos de los rodajes de cineastas de
la talla de Fernando Fernán Gómez y Pedro Almodóvar, este último inmortalizando para
siempre el espíritu ávido y lujurioso de aquellos gloriosos años en su film Laberinto
de Pasiones. Tras sus movidos años de
esplendor, fue vendida por su antiguo dueño en los años 90, perdiendo
entonces su identidad tan castiza -y tan marginal a la vez-, aunque en realidad
su nombre hace referencia a una sierra asturiana.
Ahora vuelve La Bobia, llenando de nostalgia los corazones de
quienes disfrutamos durante aquellos años irrepetibles de las repintadas sillas
celeste-verdosas de su antigua terraza, especialmente en aquellas insólitas e
inolvidables mañanas de domingo de los primeros tiempos de 'La Movida Madrileña'
Tendremos que
acostumbrarnos sin embargo a su nuevo estilo; nuevos tiempos que crearán
nuevos recuerdos: más in, y menos off, más above y menos underground.
Texto de: Myriam Verónica G. Lago
Texto de: Myriam Verónica G. Lago
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