jueves, 4 de septiembre de 2014

Texto

Cubiertas desgastadas

Ya les ha llegado su hora, no podía seguir usándolas, he tenido que cambiarlas como se cambian unas sábanas usadas, unas viejas cuchillas de afeitar, como se cambian unos viejos zapatos – ahora, entiendo a aquella compañera de Artes y Oficios,- ¿cómo se llamaba? ¡¡Ah, sí!!, Paula - que realizó un homenaje a unos viejos zapatos de cuero, por todas las historias vitales que llevaban detrás, homenaje que consistió en una escultura de un ser humano a escala real hecho de malla de alambre y lo único sólido y visible, eran los ajados zapatos de cuero.
Estas viejas y desgastadas cubiertas de mí bicicleta me habían llevado por caminos perdidos en el tiempo, haciéndome descubrir paisajes humanos fantásticos y luminosos,
A conocer, en aquella intrincada aldea, a aquella pareja de ancianos surcados de arrugas y, rebosantes, en su mirada límpida, de ilusión y amor por sus raíces. Ellos que todavía no habían visto el mar.
A encontrarme con instantes de belleza como en aquel instante que atravesábamos aquel bosque de hayas y una suave luz se filtraba por las infinitas hojas de los árboles.
A descubrir y descubrirme en todas aquellas personas que se cruzaron en mi camino.
Estas cubiertas me ayudaron a saber mirar y a saber escuchar, con ellas recorrí las infinitas sendas que ya nunca más recorreré, porque se perdieron en el tiempo.
Estas cubiertas fueron lentamente dejando sus leves huellas en las arenas de los caminos, de las pistas, de las playas, como trazos etéreos de un instante fugaz, de una existencia efímera.
Casi todas la cosas se desgastan y, por ello, con tristeza en algunos casos se desechan y renuevan, no ocurre así con las personas que hemos querido de una u otra manera, que quizá desparecen o, nosotros desparecemos de sus vidas, pero nunca se desechan como objetos sin alma, pues forman parte ya de ese ser que creemos ser.
Usadas y desgastadas como nuestra propia vida, pero sin ellas y sin ese desgaste jamás seriamos lo que somos, ellas en parte han hecho de mí lo que soy, también son un poco yo.

Ahora, estoy poniendo las nuevas, espero que estas también me hagan descubrir cosas nuevas y me ayuden a seguir descubriendo los paisajes de mí ser.

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